La investigación docente en "Pulso al fracaso".

 

El documental titulado "Pulso al fracaso" ahonda en la situación en que se encontraba un centro escolar de segundas oportunidades (es decir, para adolescentes sin graduado de ESO en riesgo de exclusión social). En el vídeo se nos muestran fragmentos de la vida diaria en la escuela ideada por el pedagogo López-Aranguren como remedio a la marginalidad que sufren muchos jóvenes de los barrios más pobres de Madrid como Puente Vallecas; los cursos ofrecen a los interesados la posibilidad de aprender a desarrollarse personalmente, convivir además de impartir unos conocimientos curriculares de marcado carácter práctico que les facilitará la inserción al mundo laboral.
 
El aspecto que vengo a comentar en esta entrada es el relativo a la investigación, experimentación y mejora de la enseñanza que tiene lugar por parte de los profesores del centro. La delicada situación  las aulas, repletas de alumnos protestones con currículos llenos de partes de expulsión, requiere que los profesores dejen a un lado la manida fórmula de lectura de una lección magistral como elemento central de la clase y busquen nuevas metodologías con las que enganchar a los alumnos a la clase y mantenerlos lo más distraídos posibles para que no incurran en malos comportamientos. Esta necesidad se vuelve aún más acuciante por vivir en una sociedad de cambio constante donde también aparecen nuevos métodos educativos asociados a las TIC que quizás no conviene rechazar de plano. 
 
Aunque no sólo se debe copiar, sino también innovar. Los profesores del centro ponen en marcha programas didácticos creados por ellos y con el visto bueno del resto del claustro para conseguir generar dinámicas positivas en los grupos de trabajo, de manera que aumenten sus ganas de participar en las clases aportando ideas, manteniendo la compostura, etc. López-Aranguren tiene en esta escuela a un grupo de educadores encargados de innovar las dinámicas de enseñanza para que también la institución goce de un prestigio social elevado, algo fundamental para permitir atraer a futuros estudiantes y ayudar al máximo número posible de adolescentes.
 
Y, para finalizar, los resultados también deben ser compartidos con el resto del mundo, a fin de que otras comunidades educativas puedan conocer los progresos realizados en un centro innovador y puedan tratar de trasladar adecuadamente las iniciativas que perciban como más prometedoras dentro de sus condiciones socioeconómicas particulares.



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